Dimitar Shopov es uno de los artistas presentados en el proyecto de este año de la Galería SARIEV "Telón de fondo: Jóvenes Autores de Plovdiv". Asi muestra la galería las tendencias artísticas actuales. En el marco del proyecto, el director y guionista Dimitar Shopov presenta su producción de una hora “3d DOGS”.

La película transporta a los espectadores unos años atrás, entretejiendo los destinos de los niños de hoy y sus juegos con la vida cotidiana de sus abuelos.

Los actores no son profesionales, y como afirma el propio director, ha sido posible gracias a buenos amigos suyos que tienen hijos estupendos.

Las ideas interesantes surgen de forma espontánea e inesperada, explica Dimitar Shopov. Nunca imaginé que haría una película con niños; se me antojaba mucha responsabilidad e incluso algo imposible, dado que lo hacemos todo nosotros mismos. Como director no me siento como perteneciente a un gremio. En mi opinión, el cine necesita gente, aunque sea gente que se encuentre accidentalmente por la calle. A veces veo a una persona y sé que esta es la adecuada para un personaje. Mi cine semeja caos bien improvisado y no confío mucho en la preparación previa ni en el guion. En ese sentido, confié en las personas que conocí de forma casual en el pueblo donde estábamos rodando. 

La idea surgió mientras Dimitar Shopov estudiaba en la Nueva Universidad Búlgara (NBU), y el profesor Gueorgui Dyulgerov, para conocer a sus alumnos, les pidió que contaran alguna historia interesante de sus vidas. En la historia de Shopov, el famoso director búlgaro encontró un tema que valía la pena trasladar a la pantalla.

La película se rodó en Mandritsa, el único pueblo albanés de Bulgaria, que fue fundado en 1636 por cristianos albaneses. ¿Por qué el director Dimitar Shopov eligió la zona de Ivaylovgrad para hacer su película?

Mandritsa, y especialmente los montes Ródope Orientales, es un lugar único. En Bulgaria hay muchos rincones como este, en los que, como se suele decir, el tiempo se ha detenido. Al mismo tiempo, son muy hermosos. Personalmente, no creo que pase nada porque algunas personas elijan vivir en sitios así. Para mí, Mandritsa es uno de esos pueblos; me recuerda a mi infancia y me siento muy cerca de este lugar, y yo mismo también soy de esta zona de Bulgaria. Y aquí es donde me siento mejor.

No es ningún secreto que actualmente la población de Mandritsa se compone principalmente de ancianos. Los residentes hablan su albanés auténtico: una versión arcaica de la lengua, preservada desde que sus abuelos se establecieron en estas tierras en el siglo XVII. Las fantasmales siluetas de casas de 2 o 3 pisos con balcones de hierro forjado son un recordatorio del esplendor reciente y una vida próspera. En el pasado, Mandritsa era un pueblo grande y animado con una forma de sustento bien desarrollado: la elaboración de quesos y productos lácteos. Actualmente, los jóvenes han tomado la iniciativa de resucitar este lugar auténtico, donde la naturaleza conserva su belleza primitiva, desarrollando el turismo rural y el ecológico.

Cada película tiene su mensaje, su historia es una historia, prosigue el director. “3d DOGS” está dedicada a aquellas personas que se quedaron en Bulgaria y uno de los mensajes es para los niños que eligieron vivir aquí. Todos hemos sido niños y estoy seguro de que a esa edad empezamos a tomar nuestras decisiones vitales. No se trata de decidir qué hacer en el momento de cumplir los 18 años; se toman elecciones todos los días. Yo no me puedo imaginar vivir en otro lugar. Bulgaria es un país muy atormentado, pero es mi tierra, es mi país y no lo cambiaría por nada.

Versión en español por Marta Ros

(Fotos: archivo personal y Maria Peeva)