En Bulgaria es costumbre percibir el mes de marzo como femenino, no sólo porque se le asocia con la precursora de la primavera, la Abuela Marta (el nombre deriva de marzo, que en búlgaro es mart), o con el 8 de marzo, Día de la Mujer. En la conciencia colectiva de los búlgaros, los cambios frecuentes en el clima en marzo se parecen al humor femenino, que cambia a menudo. Sin embargo, pocos se dan cuenta de que gran parte de los cambios en el comportamiento de la mujer también se deben a problemas de los que ella no quiere o le incomoda hablar.

Uno de estos problemas es el debilitamiento del suelo pélvico, que con la edad genera una serie de molestias que pueden turbar la alegría de la vida de cualquier fémina. La mayoría de los achaques transcurren sin ningún síntoma visible, pero son muy dolorosos. En estos casos, la única solución es la cirugía. Sin embargo, no todas las pacientes de edad avanzada se pueden someter a cirugía. Buscando una solución a estos problemas, la Dra. Borislava Popova da con un método innovador que alivia de manera significativa el malestar: una silla electromagnética de uso reciente para tratar los músculos del piso pélvico.

Son músculos que usamos raramente y que con el avance de los años se aflojan. También es válido para los hombres, pero en las mujeres los síntomas son más pronunciados debido a los partos y su fisiología –explica la Dra. Popova– . La idea de la silla –en la que la paciente se sienta con la ropa de todos los días– es provocar en el marco de 28 minutos contracción muscular mediante ondas electromagnéticas muy potentes, lo que no se puede lograr de otra manera. La silla “inteligente” también emite diferentes impulsos en 33 regímenes para evitar que los músculos se adapten a aquéllos.

Bulgaria es de los pocos países que practican este método no invasivo, desarrollado en Gran Bretaña y que está dando sus primeros pasos en la medicina. Son cosas que, hace cinco años, ignorábamos que ofrecieran tales oportunidades, señala la Dra. Popova. Gracias a la silla electromagnética, una paciente suya de edad avanzada con varias enfermedades concomitantes, incluido un derrame cerebral, se había recuperado significativamente sin cirugía.

Según la Dra. Popova, el 80% de las mujeres ha pasado por un episodio de incontinencia urinaria, hayan dado a luz o no. Desafortunadamente, la mayoría no hablan de eso por vergüenza. El tratamiento de estos problemas funcionales es la llamada medicina estética, ya que los pacientes se consideran clínicamente sanos.

Se dice que gozan de buena salud pero en realidad las cosas son diferentes –prosigue la Dra. Popova– . La salud es la unidad entre el bienestar físico, emocional y mental. Cuando un paciente presenta trastornos funcionales del suelo pélvico, no siempre podemos ofrecer técnicas quirúrgicas para ayudarlo. Lo mismo es válido para el tratamiento farmacológico. Con la introducción de la ginecología estética y los métodos no invasivos, podemos aliviar este tipo de trastornos. Quiero aclarar que no se trata de procedimientos cosméticos, sino de ayuda a las personas a recuperarse o al menos a aproximarse a su estado natural normal.

Versión en español de Daniela Radíchkova