En el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, el 28 de abril, la Confederación Sindical Internacional (CSI) ha reclamado clasificar Covid–19 como una enfermedad profesional. El objetivo es proporcionar una mejor protección en el lugar de trabajo, así como garantizar acceso a indemnizaciones, compensaciones y asistencia médica.
A pesar de que muchos aspectos del virus SARS–CoV–2todavía se desconocen, los hechos indican que la mayoría de los contagios se han producido en el lugar de trabajo –ha comentado Sharan Burrow, secretaria general de la CSI–. Por consiguiente, incluir el Covid–19 en la lista de enfermedades profesionales es crucial para limitar la propagación del virus. Esto se vuelve aún más urgente ahora que los países están comenzando a aliviar las restricciones sobre los sectores económicos y los espacios públicos.
La lucha para superar la pandemia global y la prevención son preocupación principal para los sindicatos búlgaros, que están dispuestos para un diálogo constructivo e interacción.
Los empleadores tienen la responsabilidad principal de todo, y cuando se trata de seguridad y salud en el trabajo, son responsables de cada trabajador y de todo el equipo en general −señala Alexándar Zagorov, secretario confederal de la Confederación de Trabajo Podkrepa, en entrevista con Radio Bulgaria− .
Otra cosa importante es que las medidas de protección colectiva se deben priorizar porque pueden proteger con mayor facilidad a grandes grupos de personas. Y cuando no hay medidas colectivas, se deben acatar las medidas de protección individual. Hasta ahora, los riesgos biológicos y de contagio no han estado en el foco de la seguridad y salud ocupacional sino han sido objeto de la salud pública. El sistema de salud se ha hecho cargo de los enfermos, hemos logrado, como sociedad, hacer frente a los problemas, lo que nos ha hecho pensar que lo conseguiremos también ahora. Sin embargo, la práctica de los últimos días muestra lo contrario. Los dos brotes de infección: en la planta de Pleven y en el central termoeléctrica de Bobov Dol, han demostrado que distamos mucho de estar preparados. A primera vista, los empleadores han tomado medidas suficientes, pero, no obstante ello, la infección ha ido penetrando en los equipos”.
Por lo tanto, clasificar el Covid–19 como una enfermedad profesional conllevará un reforzamiento de las medidas para proteger la salud pública, que irán desarrollándose en los próximos meses y años. A este respecto, los sindicatos han instado a la Organización Internacional del Trabajo a conceder a la seguridad en el lugar de trabajo el estatuto de derecho fundamental. Esta medida garantizaría la protección de los trabajadores contra accidentes fatales y enfermedades profesionales, junto con la libertad de asociación, la negociación colectiva, la protección contra la discriminación, el trabajo forzoso e infantil.
Versión en español de Daniela Radíchkova
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