“La decisión del partido gobernante de organizar un mitin en apoyo suyo en cercanía de la protesta cívica y a la misma hora fue una provocación intencionada a la paz social”, declaró el presidente Rumen Radev en un llamamiento a la nación. En su opinión, los búlgaros se han rebelado contra la corrupción, el miedo, la extorsión de la Fiscalía y la pasividad ante el saqueo, el pisoteo de la presunción de inocencia, el sofocamiento de la libertad de expresión, la mentira sin escrúpulos y la falta de justicia. “Ahora que los búlgaros están en la plaza, Europa no tiene derecho a mirar con los ojos ampliamente cerrados. La salida de la situación creada es la dimisión del Gobierno y del fiscal general”, expresó también el Jefe de Estado.