Representantes de Greenpeace han hecho un simbólico regalo al Ministerio de Energía: un árbol navideño recubierto de polvo, siendo el polvo aspecto de la vida diaria de los habitantes de la ciudad de Gálabovo y generado por la muy contaminante central a carbón Brikel, situada en proximidad a esta localidad.
Los ecologistas han explicado que con su “abeto” pretenden recordarle a la ministra de Energía, Temenuzhka Petkova, que su Departamento no ha procedido aún a diseñar el plan tan indispensable para la transición de las regiones búlgaras del carbón a fuentes de energía más limpias y conforme con el plan de la Unión Europea hasta el año 2050, para una economía y un sector de energía de bajas emisiones de carbono.
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Nubes dispersas