Además de por la pandemia y las secuelas que está acarreando a todos los niveles en Bulgaria, el año 2020 será recordado por el descontento cívico activo contra el Ejecutivo. Iniciadas tras una acción especializada de la Fiscalía en la sede de la Presidencia de la Nación en el pasado mes de julio, las protestas encabezadas por tres organizadores, conocidos por el nombre de Trío Tóxico, colocaron en primer término el afán de un cambio en el modelo de gobernanza del país.

Cinco meses después, la energía de las acciones de protestas ya perdía fuelle y una buena parte de los participantes en éstas se sentía aparentemente decepcionada por la forma en que un abogado, Nikolay Jadzhíguenov, un experto en Relaciones Públicas, Armán Babikyán, y un escultor, el Prof. Velislav Mínekov, encauzaban el descontento público.

Pese a no haber reunido la masa crítica suficiente para derrocar al Gobierno, la protesta, y en concreto el Trío Tóxico, pudo promover la idea, posiblemente esencial, para la constitución de una plataforma de partidos extraparlamentarios capaz de garantizar la honestidad de los comicios. Sin embargo, una parte de estas formaciones políticas no se hicieron eco de los llamados del Trío a sumarse a esta plataforma. El único participante seguro en esta coalición, en aras de la honestidad de las elecciones, llegó a ser Yérguete.Bg, movimiento presidido por la ex defensora del pueblo Maya Manólova.

Es otra cosa conocer quién de los participantes en las protestas representa a quién, ha comentado esta unión para Radio Nacional de Bulgaria el periodista Veselín Stóynev.

”Al recordar los comicios municipales en Sofía, comprobamos que Maya Manólova copó en ellos 124 000 votos y fue segunda −prosigue Veselín Stóynev− . Eran sus votos propios de ella, pero la verdad es que de hecho no lo fueron, ya que en las municipales el Partido Socialista Búlgaro no promovió a su propio candidato. Por eso, aquellos votos, en gran medida, son del Partido Socialista. El Trío Tóxico, por su parte, no es un representante de la protesta, sino solo su organizador, de modo que no está claro cuántas personas lo respaldarían. Si el Trío y Maya Manólova accedieran al Parlamento, tendrían mayor peso político si estructuraran lazos con el partido de Slavi Trífonov, que se perfila como el que más rédito ha sacado del descontento cívico contra el poder sin participar directamente en las protestas”.

La presencia discreta de Slavi Trífonov, ex animador de televisión y hombre del espectáculo, y de su partido sigue siendo beneficiosa para él, estima el sociólogo Kancho Stóychev. La causa de ello estriba en el hecho de que el partido de Trífonov, Hay tal Nación, es la única alternativa extraparlamentaria de nuevo cuño que cuenta con la oportunidad de atraer a electores en busca de representación política propia.

”En todas las elecciones celebradas hasta ahora ha habido siempre un candidato parecido a Slavi Trífonov, que decía que está en contra de todos, que cambiaría el sistema, etc. −ha expresado ante esta emisora nacional el politólogo Dimítar Ganev− . Siempre se ha buscado tal pretendiente, e importa decir cómo será como fenómeno el pretendiente auténtico”.

Dimítar Ganev no descarta la probabilidad de que se llegue a unos nuevos comicios muy poco después de los ordinarios, que se espera que tengan lugar en la primavera de 2021, pues considera que formar un gobierno pueda resultar misión imposible. Se mantiene categórico sólo en una cosa: que es muy prematuro aventurar pronósticos sostenibles. Opina que todos los partidos con representación parlamentaria han salido perdiendo de las protestas del pasado verano, en tanto que en los últimos meses se viene notando una normalización de la actitud de la población hacia los gobernantes. El acierto en la gestión de la crisis será el motivo principal capaz de fomentar la intención de voto, ha señalado Dimítar Ganev, agregando que espera una baja participación electoral.

El presidente de Bulgaria, Rumen Radev, disfruta de un amplio apoyo entre los ciudadanos búlgaros. ¿A qué se deben, entonces, las críticas cada vez más frecuentes lanzadas contra él por el Partido Socialista Búlgaro?

“El que existan distinciones es algo natural, y más aún al tratarse de una persona promovida y elegida con el apoyo decisivo del Partido Socialista −explica el sociólogo Kancho Stóychev− . Es importante puntualizar, sin embargo, que el Presidente no es una persona de afiliación partidista. En este sentido, las reprimendas lanzadas en su contra discurren más bien por el cauce de la retórica partidista. De modo que, incluso cuando yerra −y a menudo incurre en errores políticos− el Jefe de Estado también le resulta simpático al búlgaro de a pie, porque a éste le agrada la imparcialidad partidista de Rumen Radev y, hasta cierto punto, su naturalidad, y por esto se le perdonan sus yerros”.

Adaptación a base de entrevistas de Ludmila Zhelézova y Pétar Volguin

Versión en español por Mijail Mijailov