“A Borisov no le conmovieron ni los ciudadanos y periodistas que fueron agredidos durante las protestas, ni la el envenenamiento de Emilian Gebrev (empresario armamentístico que supuestamente fue envenenado con novichok) y otros ciudadanos búlgaros”, con estas palabras el presidente, Rumen Radev, ha respondido al llamamiento del primer ministro, Boyko Borisov, de expresar su postura acerca de la detención de líder opositor ruso, Alexei Navalny. En su postura oficial Radev manifiesta que el jefe del Gobierno búlgaro ha cobrado fama en Bruselas con la amenaza de “quemar” la eurodiputada búlgara Elena Yoncheva, y en la prensa europea con la intención de enviar a cárceles turcas a personas que buscan refugio en Europa. “Ahora hace de paladín de la democracia, tras haber enderezado la de Bulgaria ya “libera” a otras naciones”, se señala además en la postura del presidente.