Hoy en día, el estudio de la música en la escuela de educación general está lejos de ser una de las asignaturas prioritarias, por eso resulta difícil imaginar el enorme papel de las clases de canto para la formación de los adolescentes еn los primeros años de vida del Estado búlgaro recién liberado tras cinco siglos de dominación otomana, llamado Principado de Bulgaria (1879–1908). A este tema interesante está dedicado el libro La música en la escuela búlgara a finales del siglo XIX y principios del XX, publicado por la Academia de Ciencias de Bulgaria. Su autora es Rositsa Dragánova, profesora asociada, PhD, investigadora con notables logros del Instituto de Investigación en Artes de la Academia de Ciencias de Bulgaria, pedagoga de música en un liceo francés de Sofía y coautora de manuales para las escuelas de educación general en este país.
„La organización del sistema escolar búlgaro, incluida la enseñanza de la música,comenzó inmediatamente tras la Liberación de Bulgaria en 1878 –explica Rositsa Dragánova–. Fue publicado un Estatuto Provisional para la Enseñanza y una de las asignaturas recogidas en este documento es la de Canto Religioso. La meta principal era familiarizar al alumnado con un repertorio diferente al que solían “consumir” en la vida cotidiana y entorno familiar. Se introdujo el concepto „canciones escolares”, que significa comprensibles para los menores y adecuadas para su educación y formación. Todo eso intensificó los procesos en la esfera de la creación de música para niños. El autor de uno de los primeros cancioneros escolares es Stoyán Beshkov. Durante un cierto período, Beshkov fue enseñante en la Escuela Pedagógica de Kazanlak, donde los futuros maestros estudiaban sus canciones, que de esta manera fueron difundiéndose en todo el país. En la misma escuela impartía clases también Emanuil Manolov, tal vez el compositor más talentoso de la época, autor de muchas canciones, incluida „Eres linda Patria mía", que se sabe de memoria casi todo niño búlgaro de hoy.
Las personalidades
“Los pioneros en la enseñanza musical fueron individuos realmente singulares y de fuerte personalidad. Además de búlgaros, había entre ellos profesores rusos invitados por el Gobierno para enseñar en Bulgaria, como también un grupo de músicos checos, afincados en el país –cuenta Rositsa Dragánova– . Desde el principio, la enseñanza musical en Bulgaria ostentaba un nivel muy alto. Uno de los primeros manuales, el más difundido en aquel entonces, es obra de Gueorgui Baydanov. Tomó lo mejor de una serie de materiales didácticos que se usaban entonces en Europa, sobre todo lo expuesto en el manual de Marmontel, que ha persistido en la práctica hasta inicios del siglo XX. Comparando los dos manuales, se nota que se basan en los mismos principios y tienen el mismo concepto. El manual de Baydanov está al nivel de los de Europa, donde la música entró en el plan de estudios de la escuela de masas en el mismo período: los años 80 a 90 del siglo XIX.
La actitud del Estado hacia la enseñanza musical
„A inicios del siglo XX, comenzaron a regresar a la patria quienes habían recibido una auténtica formación musical en el extranjero. El Principado de Bulgaria estaba enviando con intención a estudiantes con becas a Europa para que se cualificaran para desempeñarse en una profesión o cargo –prosigue Rositsa Dragánova– .
Me ha impresionado sobremanera el alto nivel de consciencia moral de estas personas y la alta confianza en sí mismas. Curiosamente, no se llamaban a sí mismos profesores sino músicos pedagógicos. De esta manera, resaltaban que también son músicos practicantes, ponían énfasis en la práctica musical en sí: el hacer música también en clase, en los coros y orquestas estudiantiles que ellos mismos iban creando. Para ellos, la música no era solo una asignatura, sino una vocación y una misión. A través de la música civilizaban a sus discípulos, les ofrecían la oportunidad de pasar a otro modo de vida, lo que conlleva una nueva etapa en el desarrollo del Estado y de la cultura búlgara”, concluye la Prof. asociada Rositsa Dragánova.
Versión en español de Rumen Grigorov
Fotos: colección digital de la Biblioteca Nacional Santos Cirilo y Metodio
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