Después de haber trascendido que desde el 12 de abril se restablecen los estudios presenciales para los alumnos del 1º a 4º de Primaria y que los alumnos mayores estudiarán por turnos en las escuelas, siendo los del 7º, 8º y 10º grado los primeros en regresar, vuelve a cobrar actualidad el tema del sistema de educación búlgaro. Restablecer el vínculo con la naturaleza e instalar a los menores en un entorno que es parte de sus vidas es una de las posibles respuestas a la pregunta de cómo será nuestro futuro durante y después del Covid.
Se podría comenzar por clases de química y biología en el parque. El hecho de que se habilita un número cada vez mayor de aulas al aire libre en diferentes escuelas del país es una prueba de que este es el rumbo correcto. Forma parte de estos buenos ejemplos la escuela número 171 de la ciudad de Novi Ískar, una de las más antiguas escuelas de la provincia de Sofía, con una historia de 157 años, en que estudian 256 menores.
En septiembre comenzó a funcionar la llamada “Aula verde al aire libre” y el 12 de abril fue abierta otra llamada “Aula de las rosas”, por las rosas chinas y las rosas trepadoras plantadas en proximidad a ésta, cuenta la directora de la escuela Kanelia Kostova.
“Cuando preparábamos nuestro plan de estudios en las condiciones de coronavirus y teníamos que tomar en cuenta las medidas antiepidémicas, nos dimos cuenta de que los recreos de 15 minutos son insuficientes para que los alumnos pasen tiempo al aire libre y para poder cumplir con todos los requisitos contra Covid-19, explica la señora Kostova. Decidimos habilitar un aula al aire libre que consta de 5 glorietas pequeñas. En cada una de ellas pueden sentarse 5 alumnos. Se acatan todos los requisitos de la Inspectoría Sanitaria Regional que atañen la distancia física entre los alumnos. Están posicionadas de modo se pueda ver la pizarra desde todas las glorietas”.
Lo que más preocupaba a los profesores era si podrían captar y retener la atención de los alumnos mientras estén fuera. No tuvieron ningún problema, porque les explicaron que esto se hace para preservar su salud, que es parte de su educación y que no es un juego. Así, en otoño fue abierta el aula verde y se hace un esquema de los grupos de alumnos que estudiarán en las dos aulas al aire libre.
En Veliko Tarnovo también han hecho algo similar. Allí los alumnos de 7º decidieron ponerse manos a la obra y limpiar solos la parte descuidada del patio para convertirla en un aula acogedora donde llevar a cabo parte de las clases en medio de la naturaleza.
Solo hace unos días trascendió que 5 escuelas y 10 guarderías infantiles en Burgás fueron sido aprobadas para recibir subsidios para la creación de aulas de este tipo y diferentes rincones ecológicas para estudiar en medio de la naturaleza. “Se trata de una oportunidad que mejora la concentración ya que ofrece un modelo de enseñanza diferente”, opina Yordanka Ananieva, teniente de alcalde de educación en Burgás.
“Hasta ahora en la mayoría de los casos estas ocupaciones se centraban en el juego en vez de en los estudios. Ahora el modelo está orientado a la educación. Se crean diferentes posibilidades para estudiar al aire libre. En las escuelas y en las guarderías infantiles se habilitan varias zonas educacionales. Este modelo resulta muy eficiente y me alegra que muchas de las escuelas y las guarderías se muestren interesadas”.
Versión en español de Hristina Taseva
Fotos: 171ou.bg
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