El Domingo de Ramos, una fiestas ortodoxas más esperadas y queridas, siempre cae el domingo después del Día de San Lázaro y antes de la Pascua de Resurrección. Celebran su onomástica todos quienes llevan nombres de flor, desde los tradicionales Tsvetan y Tsvetanka (derivados de tsvete, flor en español), Nevena, Temenuzhka, Iglika, Guerguina, Varban, Varbinka, etc., hasta los más modernos como Dalia, Camelia o Verónica. Este día la Iglesia celebra la entrada triunfal a Jerusalén de Jesucristo y sus alumnos.
“Han pasado tantos siglos desde este acontecimiento y sigue resonando el eco de la canción y la fascinación que se siente al mencionar la entrada de Jesucristo a Jerusalén. “Bendito el que viene en nombre del Señor”, dice el Evangelio. Si alguien, a semejanza de los fariseos, desea que cese la canción que glorifica a Dios, entonces serán las piedras las que la entonarán, porque estas palabras son de Dios. Él trajo paz y alegría al mundo…”, ha escrito el padre Hilarión, obispo de Troyan, con motivo de la fiesta.
Como mandaba la antigua costumbre, Jesucristo fue recibido con palmas. Posteriormente, durante las celebraciones de la fiesta, los cristianos ortodoxos y católicos sustituyeron las palmas por ramitas de sauce. Hasta hoy en día el Domingo de Ramos en todos los templos se santifican centenares de ramitas de este árbol. Junto con la bendición del sacerdote, los creyentes que hayan ido al templo el Domingo de Ramos reciben una ramita de sauce. Por esto en búlgaro el otro nombre de la fiesta es Vrabnitsa (del vocablo búlgaro varba, o sea sauce).
El Domingo de Ramos prosiguen las costumbres y los juegos con la participación de las chicas jóvenes, en las cuales el sauce ocupa un lugar central. De esta planta se hacen coronas que las muchachas meten al agua como parte de la costumbre. Se amasan panes especiales que son parte de las prácticas rituales. El Domingo de Ramos los animales domésticos son enviados al campo para pastar adornados con ramitas de sauce. Las ramitas se clavan en el suelo de los huertos ya que se creía que protegerían las plantas de los topos. Hasta hoy en día colocamos ramitas de sauce frente a los iconos que tenemos en la casa y sobre las puertas de entrada, y las guardamos durante todo el año.
Es así probablemente por la antigua creencia de que traen salud y protegen el hogar. Otrora en las prácticas mágicas curativas utilizaban parte de las ramitas bendecidas como remedio para mal de ojo, susto, y muchas otras enfermedades. Se creía que si se mira hacia las nubes de granizo a través de la corona de sauce, esto desviaría la tormenta.
En nuestra tradición existe la creencia que el sauce guarda relación con los dioses subterráneos y con el Más Allá, el mundo habitado por nuestros ancestros. Por otro lado, el sauce simboliza la primavera, la naturaleza que renace en la transición del invierno a la primavera. La fiesta cae durante el periodo de ayuno de Pascua de Resurrección pero en la mesa festiva con motivo del Domingo de Ramos se sirve pescado, alimento que está permitido por la iglesia.
¡Feliz Domingo de Ramos!
Versión en español de Hritina Taseva
Fotos: BGNES
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