Pentecostés es una de las magnas y más importantes fiestas cristianas que la iglesia celebra en pie de igualdad con la Natividad de Jesucristo y la Resurrección. Según la Sagrada Escritura, este día los apóstoles junto con la Virgen María se retiraron al Cenáculo, el edificio donde tuvo lugar la Última Cena. Mientras dirigían sus oraciones, sobre ellos descendieron llamas, el indicio visible del impacto del Santo Espíritu sobre los Apóstoles. Llenos con el poder divino los apóstoles se encaminaron a distintos puntos del mundo para predicar el Reino de Dios. En Pentecostés durante la misa solemne los cristianos piden la misericordia de Dios respecto a todos los difuntos. A finales de la misa desde las puertas de altar se echan hojas de nogal a los feligreses. Éstas simbolizan las llamas que descendieron sobre los apóstoles. Los creyentes llevan las hojas a sus casas como una forma de bendición.