El primer día de enero, en la aldea de Varvara (en la región de Pázardzhik) grupos de kúker han estado persiguiendo a las fuerzas del mal.
Los dervish, como los llaman los lugareños, empiezan a recorrer las casas a la medianoche y al final todos se reúnen en el centro del pueblo donde se ponen a bailar su espectacular danza dervish.
Para ahuyentar el mal y allanar el camino para un nuevo comienzo, este 1 de enero más de 100 kúker de toda la región se han reunido en la aldea de Varvara, donde la fiesta es una de las más populares y veneradas y continúa durante todo el día. La tradición se ha ido transmitiendo de generación en generación durante más de 300 años, según ha informado la corresponsal de esta emisora pública."Un lugar en Francia donde juntos dibujamos en búlgaro el futuro de nuestros hijos". Así definía hace un año Yaneta Dimitrova su lugar de trabajo: la escuela dominical búlgara "Iván Vazov" en París, en una publicación en las redes sociales. Es uno de..
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