Por décima sexta vez en lo que va de la guerra, el Ejército ucraniano ha impactado con fuego de largo alcance la avanzadilla rusa en Chornobaivka, próxima a Jersón, ha informado el asesor presidencial Olexyi Arestovych. Han sido destruidos almacenes con misiles y munición. Sigue sin claridad el por qué las tropas rusas se estén empeñando en desplegar una base logística suya en Chornobaivka, en la que han perdido asimismo a dos de sus generales. Los defensores de la asediada Mariúpol no han obedecido el ultimátum ruso y se niegan a deponer las armas, ha señalado el primer ministro de Ucrania, Denýs Shmyhal. Existen recelos de que el último reducto defensivo de la ciudad, el combinado Azovstal se haya convertido en refugio también para numerosas mujeres y niños que se esconden allá de los bombardeos rusos.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha manifestado que Rusia se empeña en arrasar al Donbás, al que ha prometido defensa al empezar por la asediada ciudad de Mariúpol. Ucrania no puede desistir de sus territorios, ha manifestado Zelenski ante la CNN y ha resaltado que negociará con Moscú únicamente si ésta acepte esta condición.

Zelenski ha conversado con Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI. Kiev ha pedido al Fondo Monetario Internacional y al G-7 50.000 millones de dólares para enjugar su déficit militar. El acuerdo será pactado en el transcurso de la semana en Washington.