A finales de abril y comienzos de mayo los búlgaros solemos acordarnos del pasmoso arrebato de libertad que alentara a los héroes del Levantamiento de Abril de 1876.
Nos hemos referido en reiteradas ocasiones a la obra protagonizada por los participantes en aquella sublevación e incluso nos parece que este tema ya no encierra sorpresas. Esto parece cierto hasta el momento en que uno llega al pueblo de Petrich, sólo distante unos 60 kilómetros de Sofía. En esa aldea cada casa, literalmente, guarda el recuerdo del crucial año 1876. Durante el levantamiento contra los dominadores otomanos, debido al espíritu combativo de los lugareños -que sumaban unos 1.600- el pueblo llegaría a convertirse en el punto básico del Distrito Revolucionario número 4.
Abrigados por las elevaciones de la cordillera balcánica, los insurgentes se sentían libres y totalmente seguros del éxito de su empresa. Su sumaron a los preparativos para el alzamiento todos los moradores del pueblo, desde los niños hasta los ancianos muy mayores. Fueron cavando trincheras y haciendo terraplenes en las inmediaciones de la aldea, gracias a lo cual,ya en los primeros enfrentamientos con los opresores, la gente del pueblo llegó a saborear la alegría de la victoria. Fue a socorrerla el llamado Destacamento volante, la unidad de jinetes capitaneada por Gueorgui Benkovski. En la cima de la zona de Boishteto se libró una importante batalla en la que los insurgentes repelieron los ataques de 500 efectivos de las huestes turcas. El 25 de abril se produjo una nueva ofensiva contra el pueblo y en aquel combate los búlgaros volvieron a triunfar, causando numerosas bajas a los turcos.
Así pues, el pueblo de Petrich es la localidad que permanece en la historia por los únicos combates victoriosos para los búlgaros frente al opresor multisecular.
El 28 de abril llegaron a la aldea tropas regulares, basi-bozuk (soldados mercenarios del Ejército otomano) y circasianos (un grupo étnico del noroeste del Cáucaso nativo de Circasia). Durante varios días el pueblo fue sometido a una destrucción y devastación totales… El ganado y todo lo que tuviera cierto valor acabó expoliado por los atacantes turcos.
La historia aún conserva el recuerdo de las palabras que profiriera Neno Gugov, uno de los héroes de Petrich. Hecho prisionero y encadenado le dijo al bajá otomano que la culpa por la insurrección la había tenido única y exclusivamente, él mismo. Evitó así las represalias que se cernían sobre sus arruinados paisanos.
Hoy en día el espíritu de quienes fueran los Insurgentes de Abril de 1876 se puede percibir en todas partes. Ya al entrar al pueblo de Petrich, le acoge a uno el monumento el símbolo de la localidad, el monumento llamado La campana. Tiene una altura de 8 metros y representa una campana rota, que es un recuerdo de las campanas fundidas de los templos que sirvieron luego para hacer las balas para los insurgentes.
Todos los años, en el primer sábado posterior al Día de san Jorge (el 6 de mayo), día en que estalló el Levantamiento, en el pueblo de Petrich se organiza una reconstrucción de los acontecimientos de aquel año 1876.
Actualmente los moradores del pueblo suman unos 200, pero, en cambio, disfrutamos de un importante interés por parte de personas jóvenes que acuden acá de las ciudades próximas y de la capital de Bulgaria. La alcaldesa de Petrich, María Ánguelova, cuenta qué más pueden ver los visitantes de este pueblo:
“Nuestra localidad es muy antigua, hay fuentes que indican que ya existía en el año 1114. Los turistas que lleguen acá podrán visitar una serie de lugares. Disponemos de una galería de arte muy interesante. Comenzó a funcionar el año en que celebramos el centenario del Levantamiento de Abril de 1876. Hay que destacar asimismo la casa de los Gugov, en la que en 1876 prestaron juramento siete revolucionarios, quienes movilizaron a la gente y organizaron la insurrección.
Es igualmente un lugar de visita obligada el templo de San Jorge El Triunfador, en el que se estuvieron fundiendo balas y elaborando cartuchos para la lucha del pueblo. El pueblo de Petrich fue liberado el 22 de diciembre de 1877 por la Tercera División de Infantería de la Guardia Imperial. Aquí, en los lugares que fueron escenario de las batallas, perdieron la vida cuatro generales. En las afueras del pueblo hay un monumento-osario con los restos mortales de los generales rusos Vasili Kataley y Dmitri Filosofov”.
Por iniciativa de la alcaldía, este año a los festejos conmemorativos se ha sumado algo más: la Fiesta de la Alhaja, que nos remite a otra personalidad, no menos heroica, la aristócrata británica Emily Anne Beaufort, Lady Strangford, que llegó a Bulgaria inmediatamente después de la derrota de la sublevación y fue intentando por todos los medios socorrer a los habitantes supervivientes pero arruinados. Fue haciendo donaciones a numerosas familias, hizo construir un hospital para los búlgaros damnificados. En señal del gran reconocimiento que sintieron por la labor de su benefactora, los lugareños bautizaron con su nombre la escuela local.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: BGNES, Facebook/ArtCentreNestiya, Facebook/Centro cultural Obórishte (Petrich)Hace exactamente 100 años, el 12 de septiembre de 1924 se inicia la consagración del templo-monumento San Alejandro de Neva, construido "como una muestra de agradecimiento hacia el pueblo ruso por la liberación de Bulgaria del yugo otomano en 1878",..
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