“Durante el año pasado nuestra vida fue marcada por la tragedia de la guerra fratricida que comenzó en el corazón de la Europa cristiana, en la Ucrania ortodoxa. Un conflicto en el cual se enfrentaron unos contra otros hermanos  que comparten la misma fe y origen; un conflicto que tendrá sus impactos y consecuencias durante decenios, sembrando la semilla de la hostilidad para las futuras generaciones”.

Es lo que ha señalado en su mensaje de Año Nuevo el patriarca búlgaro Neófito, expresando la esperanza de que comienza el año de la buena voluntad y del restablecimiento de la paz por el mundo entero. Neófito ha recordado las palabras del Salvador: “Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá”  (Mateo 12:25).