"Es inaceptable que las diferencias políticas desemboquen en discursos de odio, insultos étnicos, xenofobia o antisemitismo", afirmó el presidente Rumen Radev en una declaración a los medios de comunicación.

Ayer Shalom, la organización de los judíos de Bulgaria, también expresó su preocupación por la escalada de discursos de odio y manifestaciones antisemitas en Bulgaria, haciendo un llamamiento a las instituciones para que no permanezcan indiferentes ante estos fenómenos.

La tolerancia y el respeto mutuo forman parte de las tradiciones de la sociedad búlgara desde hace siglos y perduraron incluso en los años más oscuros de la Segunda Guerra Mundial, cuando Bulgaria salvó a su comunidad judía y no permitió que ni un solo ciudadano de origen judío fuera deportado a los campos de exterminio", recordó el jefe del Estado. Por ello, según él, es deber de todo ciudadano, organización no gubernamental y fuerza política respetar los valores y mantener las tradiciones de tolerancia del pueblo búlgaro.