"En una vasta región del norte de Bulgaria, el jinete San Teodoro (San Todor) es conocido como un personaje demoníaco, teniendo definiciones populares tan pintorescas como: el santo vampirizado, endemoniado o diablesco... San Teodoro tenía la costumbre de visitar las tertulias de las doncellas, lo cual estaba prohibido durante este período, adquiriendo la apariencia de un joven muchacho, que se distinguía por unos característicos rasgos ctónicos (la falta de un orificio nasal, unos dientes de oro, ojos de fuego, o alguna asimetría en su físico - podía ser cojo, jorobado o tuerto)", así lo describe el Prof. Rachko Popov, en su estudio titulado "Santos y demonios de los Balcanes".
El culto popular a San Teodoro en los Balcanes engloba en realidad los cultos a dos santos cristianos que vivieron en el siglo IV: el de San Teodoro Stratelates y el de San Teodoro de Amasea. En el folclore de San Teodoro es representado como un temible jinete, y los días que se le dedican según el calendario, son considerados popularmente como una época peligrosa, "escurridiza" - un período de transición entre estaciones, por un lado, y entre la vida y la muerte, por otro.
"La semana de Todor se considera generalmente "gafada", mala o peligrosa. La llaman también la semana sorda, negra, vacía, impura", explica la etnóloga Docente Petya Bankova, de la Academia Búlgara de las Ciencias (BAN). Antiguamente, el periodo desde el solsticio de verano hasta Todorovden (“Día de Todor”), se asociaba a una lista de prohibiciones. Por ejemplo, las mujeres no debían hacer la colada porque, si San Todor pasara en su caballo blanco, el mal viento la airearía y, según las creencias, quien vistiera después esas ropas, podía enfermar y morir.
"El tabú sexual se respetaba de forma extremadamente estricta, ya que se suponía que un niño concebido o nacido durante la semana de Todor, poseería cualidades sobrenaturales. Este podría convertirse tanto en vida, como después de la muerte en vampiro, hombre lobo o demonio".
En el norte de Bulgaria, la imagen del propio santo se conceptualiza como un temible jinete nocturno que emerge del cementerio y deambula por los campos del pueblo junto a su madre o esposa, llamada Baba Todorichka (Abuela Todorichka).
“Algo menos conocido y muy poco investigado, es la imagen de los caballos demoníacos de Todor o sus jinetes”, continúa su relato la docente Bankova.
“Por cierto, esta idea es también característica de la mitología de los serbios, los rumanos y los valacos. Desde el punto de vista mitológico, la función mediadora del caballo entre el mundo de los vivos y el de los muertos, o los antepasados, es conocida y probada desde hace mucho tiempo. El caballo es, por ejemplo, un animal que puede presagiar la muerte. Es bien sabido que los malhechores, como la peste o el cólera, llegan montando a caballo. También se sabe que, durante las noches inmundas entre Navidad y el día de Reyes, deambulan los peligrosos demonios que adoptan el aspecto de antiguos centauros, con medio cuerpo de hombre y medio, de caballo. Según la mitología, estas son las almas reencarnadas de aquellos que murieron durante los días “mugrientos” de la semana de San Todor".
Al norte de los Balcanes, los búlgaros creían que el demoníaco, "vampirizado" San Teodoro, vagaba de noche con su caballo blanco y castigaba a los pueblerinos que no respetaban la prohibición de trabajar, marcando sus cuerpos con moratones y heridas en forma de herradura".
"Dice la leyenda que lo más peligroso, y no sólo durante este período, es la noche profunda anterior al primer canto de los gallos, cuando los demonios son más fuertes y pueden penetrar en el espacio de los humanos, y que las moradas de las fuerzas del otro mundo, son los cruces de caminos, los lugares donde se producen remolinos, los vertederos de basura y los lugares donde escurre el agua.
Según otra creencia asociada al periodo de transición en torno al día de San Teodoro, el santo entierra su cabeza en la tierra y de esta forma la calienta y fecunda.
"Estas nociones sobre San Todor podrían explicar por qué es precisamente su fiesta a la que se vinculan un gran número de augurios y rituales supersticiosos de jóvenes doncellas para atraer el matrimonio”, explica la Petya Bankova. “En los distintos días de la semana de Todor, las doncellas solían dejar avena o granos de maíz bajo sus almohadas, creyendo que así se casarían con el hombre de sus sueños. Con el mismo fin plantaban unas ramitas de ajo, a las que ponían el nombre de diferentes solteros. El tallo que crecía más rápido indicaba con quién se casaría finalmente la doncella".
Así pues, la imagen de San Teodoro, con sus múltiples capas y colores, se convierte a ratos en patrón protector, a ratos en un temible demonio, siendo a la vez un personaje muy cercano tradicionalmente, y muy búlgaro, según nos lo cuenta la docente Petya Bankova. Un personaje lleno de referencias del espacio balcánico y europeo. San Teodoro es también uno de los santos que más alto figuran en la jerarquía, por lo que se le han designado varios días de fiesta al año, ya que además del llamado Todorovden de invierno, también se le dedica una fiesta patronal estival. Los santos como San Teodoro gozan, por regla general, de una especial veneración popular.
Autor: María Stoeva
Versión en español: Alena Markova
Fotos: Archivo, Archivo personal, Pixabay
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