La tarea más importante en este momento es garantizar el regreso seguro de todos los ciudadanos búlgaros que quieran ser evacuados desde Líbano. Así lo declaró el presidente Rumen Radev a los periodistas en Burgás. El jefe de Estado señaló que la escalada del conflicto en Oriente Próximo puede amenazar la paz en toda la región y pidió moderación y sensatez. "Es hora de que se detenga la espiral de violencia y sufrimiento en Oriente Próximo, y esto requiere un esfuerzo no solo de las partes implicadas, sino también esfuerzos continuos de toda la comunidad internacional", subrayó el presidente. Sus palabras dejaron claro que las autoridades búlgaras siguen de cerca la situación, evaluando la probabilidad de un aumento de la presión migratoria hacia Bulgaria y el riesgo de atentados asimétricos en la región.