Por séptima vez consecutiva en el marco de tres años Bulgaria vuelve a votar a diputados. Igual que en el voto de junio de 2024, la participación electoral es baja. Según una encuesta de Radio Bulgaria en el centro de Sofía, la opinión general es que hace falta un gobierno adecuado. Esto significa una clara política económica, sanitaria, social y demográfica, pero en los últimos años no hay una voluntad para su realización.  

Una gran parte de los votantes lo hacen porque se sienten responsables y no porque creen en las fuerzas políticas: 

“Voté porque creo que este es el principal derecho que hoy nos da la democracia. Es de suma importancia mostrarnos responsables y votar. Somos responsables para el futuro, el nuestro y el de nuestros hijos”, señala una mujer de mediana edad, una trabajadora social. 

“Las personas ya no creen en nada. No piensan que con su voto pueden hacer algo. No les gusta ningún partido”, señala una dama de 50 años, especialista e investigadora en el ámbito de la química, que ha votado con la convicción de que cumple con su deber civil:

“Sí, he votado. En primer lugar, porque este es un derecho que se nos da y en segundo porque cada uno debe mostrarse responsable. La renuencia a votar significa abdicar de responsabilidad. Así que insto a las personas que todavía no han votado: los colegios electorales están cerca. Cada uno debe encontrar 15 a 20 minutos para acudir a las urnas”.

A la pregunta de si pronto va a haber nuevas elecciones ella responde: “Creo que sí. Se habla de compromisos en aras del gobierno regular, pero los partidos son muy variados y no es posible que se alcance una mayoría para alguno de los partidos o las coaliciones”. 

Para cambiar esta situación hace falta votar, por muy vagas que sean las plataformas de los partidos. En Bulgaria hay una ley para la votación obligatoria pero no hay sanciones, lo cual, a mi juicio, es muy cómodo para los gobernantes. Les es muy cómodo que haya baja participación electoral para que puedan aprovechar la compra de votos y el voto corporativo”.  

Expresa una opinión similar otra mujer que se jubiló hace unos años: 

Entre los encuestados hay personas que no votaron y tienen una clara idea de por qué no desean hacerlo:

“Nadie cubre mi visión en cuanto a la votación”, señala un teólogo de 40 años quien no ve una salida de esta situación. “Probablemente será lo mismo en las próximas elecciones hasta que no venga alguien que prohíba las elecciones en los próximos 10 años y no implemente otro tipo de cosas. Yo votaría si hubiera un nuevo partido político. Hay promeses electorales que no se cumplen y por esta razón la mayoría de las personas no votan. Soy partidario de las grandes reformas que espero que se lleven a cabo en el futuro”. 

Comparte la misma opinión un joven padre, que tiene formación en economía, y quien no desea votar porque no ve una representación política que le motive a hacerlo:

“Las personas que en teoría tenían que representar mis intereses y los del sector profesional en que trabajo hicieron justamente lo contrario en los últimos años. Las inversiones se orientaron a otros países en vez de Bulgaria”. 

A su juicio, las próximas elecciones se llevarán a cabo dentro de unos meses ya que no hay cambio en el resultado. “Es probable que haya una coalición que dure un año”.

Es el pronóstico que da una mujer de edad mediana, también economista.

“Ya estamos hartos de ellos. Votamos siete veces y esto es suficiente. No es que no quiera. Uno debe tener el deseo de votar y ver un cambio. Las personas deben sentirse animadas para votar y esperar que algo suceda. Unos vienen, otros se van y la situación es el misma y va empeorando”. 

Fotos: BTA, BGNES

Versión al español de Hristina Táseva