Más del 90% de los ciudadanos en la región de Taraklia y en la provincia autónoma de Gagauzia en la República de Moldavia votaron en contra en el referendo del 20 de octubre de 2024, en el cual el pueblo de Moldavia tenía que decidir si apoya las enmiendas constitucionales que permiten la adhesión a la UE. En la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre de 2024 los ciudadanos de dichas regiones apoyaron en masa a Alexandr Stoianogl, el oponente de Maia Sandu que se posicionó en la campaña como una candidata proeuropea. 

Con el considerable apoyo de la diáspora moldava que se encuentra sobre todo en la UE y en América del Norte, Maia Sandu ganó las elecciones del 3 de noviembre con un apoyo del 55% frente al 44% que recibió Stoianoglo. 

Los búlgaros y los gagaúzos en la República de Moldavia tradicionalmente votan en contra de los partidos rumanófilos ya que los consideran nacionalistas. A pesar de que el Partido de Acción y Solidaridad de Maya Sandu no es unionista e incluso está en conflicto con los unionistas rumanos encabezados por Gorge Simion, los búlgaros y los gagaúzos en la República de Moldavia no le confían. Los allegados de Maya Sandu no tratan de ganar influencia entre la comunidad de los búlgaros y los gagaúzos en el sur de Moldavia, ni éstos intentan crear contactos en su movimiento. Es lo que ha declarado para Radio Bulgaria Alexander Lambov, doctorando en politología en la Universidad de Economía Nacional y Mundial que vive en Kishinau y trabaja como programador.   

A la pregunta de cuál es la actitud de los búlgaros y los gagaúzos hacia la UE Lambov ha comentado que las personas en las dos regiones del sur de Moldavia tienen claro que la adhesión a la UE respaldará el desarrollo económico de Moldavia. Еn el referendo votaron en contra no por razones económicas, sino por causas políticas y sociales: 

“Me refiero solamente a los búlgaros y gagaúzos, no hablo de toda Moldavia ya que esto no es válido para todo el país. En esta región existe la sensación de que los búlgaros y los gagaúzos que viven en la República de Moldavia perderán desde el punto de vista social de la adhesión a la UE ya que ésta consolidará el poder de las fuerzas rumanófilas y de las fuerzas nacionalistas que son aceptadas de una manera muy negativa en la región. A mi juicio, este es el mecanismo que explica una gran parte de la votación en contra de la adhesión a la UE en el referendo”. 

Lambov agrega que si la presidenta Maia Sandu dice “La UE soy yo” y la UE no desmiente esta afirmación, las personas en las regiones dirán que no desean tal UE. A la pegunta de si los búlgaros y los gagaúzos desearían tener personas de confianza en las instituciones europeas, y cómo ve el papel de Bulgaria en este sentido como país mimbro de la UE, él responde: “Creo que Bulgaria puede adoptar determinadas acciones para cambiar la situación. El problema con el camino europeo no es Bulgaria, al menos como lo veo yo. El obstáculo en esta región es la falta de contacto con Kishinau. Bulgaria no puede resolver el problema sin la intervención de Kishinau. Hace falta un cambio en la política de Kishinau respecto a la región habitada por los búlgaros y los gagaúzos. Esto es lo importante. Bulgaria puede tener un papel positivo en este proceso”. 

Lambov valora positivamente el acuerdo suscrito entre las autoridades búlgaras y moldavas que permite la apertura de una sucursal de la Universidad de Ruse en la ciudad de Taraklia. A la pregunta de cuáles son los cambios en las relaciones con las autoridades en Kishinau que crearían confianza entre las minorías del sur de Moldavia y el Gobierno moldavo, él responde que pueden estar relacionadas con algunas garantías para el uso del idioma ruso después de la adhesión a la UE si bien a nivel regional y bajo la condición de que no habrá contactos con las autoridades rusas. Lambov es escéptico que esto es posible en un futuro próximo ya que a su juicio, Maia Sandu, no es lo suficientemente flexible como político y su electorado no aprobaría acciones similares. El búlgaro de Besarabia explica que muchos de los ciudadanos del sur de Moldavia no dominan bien el rumano o lo aprenden si se asientan en la capital.

Versión al español de Hristina Táseva