El 3 de marzo, tras el Domingo del Perdón (Sírni Zágovezni), comienza el ayuno de la Cuaresma. Los cristianos ortodoxos se abstendrán de consumir alimentos de origen animal: carne, huevos, leche y productos lácteos. Los católicos apenas ayunan, y no existe ayuno entre los protestantes.

La Cuaresma nos recuerda el retiro de cuarenta días de Jesucristo en el desierto, que da paso a la Semana Santa y a la más sagrada de las fiestas cristianas, la Resurrección de Cristo. La Cuaresma no sólo significa abstenerse de ciertos alimentos, sino es también una abstención de malos pensamientos, palabras y actos.

El ayuno no es una dieta. La idea del ayuno es que, al privar al cuerpo, el alma se hace más humilde. Al ayunar los creyentes renuncian a sus pecados, se "purifican" y se acercan a la naturaleza de Dios y de su Hijo Jesucristo.