La mitad de la carne, los huevos, la miel y el aceite que se venden en las grandes tiendas deberá ser de origen búlgaro, y en el caso de la leche, el queso y el queso amarillo, el porcentaje alcanzará el 80%, según prevé un proyecto de ley sobre la cadena de suministro de productos agrícolas y alimenticios.

Si las tiendas no cumplen con estos requisitos, se enfrentarán a una multa inicial de 10 000 levas, que se triplicará en caso de reincidencia.

El proyecto también contempla un límite máximo para los márgenes comerciales: para los transformadores, no podrá superar el 20% del coste de producción del producto; para los mayoristas, no más del 10% del precio de compra; y para los minoristas con un volumen de negocios superior a 20 millones de levas, no más del 20% del precio de compra. Al mismo tiempo, el proyecto de ley establece una ganancia garantizada de al menos el 10% para los productores de productos agrícolas.

Las empresas afectadas de la cadena de suministro han advertido que las medidas podrían provocar un aumento en los precios del resto de productos alimenticios, como forma de compensar la pérdida derivada de los productos regulados, según ha informado la periodista de la BNR Veselina Milanova.

Foto: BTA

Traducido y publicado: Borislav Todorov