Con motivo del 6 de septiembre, cuando en Bulgaria celebramos la Unificación del país, recordaremos una legendaria marcha patriótica. Sin duda en septiembre de 1885 Un legado no acompañaba a las sublevaciones populares en Panaguriste, Chirpán, Pazardzhk o Goliamo Konare, ni el golpe militar en Plovdiv. El autor de la música es Gueorgui Shagunov, quien en aquel entonces tenía 12 años de edad y el autor de la letra, Iván Yonchev, nació en Samokov cinco meses antes de la fecha de la Unificación.
Los principales motivos en las obras de Yonchev son el amor no compartido, la felicidad imposible, el apego a la madre y a la Patria. Las guerras en los Balcanes cambiaron su vida y su poesía. Fue enviado al frente donde creó algunos de sus famosos versos que se convirtieron en canciones patrióticas. Fue herido y después de su regreso a Sofía en otoño de 1915 escribió el poema El legado de los antepasados que fue dedicado al teniente coronel Todor Guirguinov. Yonchev quedó en la literatura búlgara con este poema y con algunos más que se convirtieron en canciones.
Gueorgui Shagunov es uno de los más destacados músicos búlgaros relacionados con el ejército. El talentoso compositor y director nació en 1873 en Plovdiv. Hasta los 16 años de edad estudió en un colegio francés, después de lo cual fue enviado a Lyon por su padre para estudiar medicina. En vez de ello Shagunov se matriculó en el Conservatorio Estatal de Lyon donde se especializó en cuerno de cabra, corneta, teoría de la música, composición y dirección. Participó en la Guerra Balcánica, después de lo cual hasta su jubilación 1930 fue director de la orquesta militar del 24 regimiento de infantería del mar Negro en Burgás. Gueorgui Shagunov es autor de unas 1000 obras, más de 400 de las cuales son marchas militares. Desde luego, hoy en día el más popular es el impresionante Un legado.
“Se cuenta una historia interesante según la cual en invierno de 1919 el famoso maestro de capilla Shagunov recibió a su primer hijo Petar, quien se había matriculado en el primer año de la Escuela Militar. Cuando Shagunov vio a su hijo que era tan esbelto y orgulloso en su elegante uniforme de junker, se emocionó tanto que en un momento de orgullo paternal “se acordó” del verso de Iván Yonchev. Solo unos días después los versos de Yonchev fueron “vestidos en una melodía de marcha” que el joven juncker Petar Shagunov llevó como regalo navideño a sus condiscípulos de la Escuela Militar.
Este emocionante cuento fue desmentido hasta cierto grado por el destacado músico, pedagogo y director militar de larga experiencia Atanás Ivanov, uno de los más informados investigadores de la historia de las orquestas de viento en Bulgaria y su repertorio.
En una entrevista para BNR del año 2012, incluida en una serie dedicada al 100 aniversario del comienzo de la Guerra Balcánica, Ivanov dice que en la Escuela Militar cada año se celebraba una fiesta de la canción militar y como sabían que el padre de Petar Shagunov era maestro de capilla, lo enviaron de vacaciones por 2 o 3 días, le dieron la letra de Iván Yonchev, El Legado de los ancestros y le encomendaron la composición de una nueva canción.
Independientemente de la verdad, es un hecho que la canción fue recibida con gran alegría en primer lugar por los junker. Un legado pronto abandonó las filas del ejército y se convirtió en parte del repertorio de coros escolares, profesionales, de aficionados, incluidos conjuntos como Gusla y Kaval que presentan la canción en el gran podio nacional y europeo.
En los últimos minutos de este programa les ofrecemos una interpretación de esta marcha en las voces de los integrantes del coro Gusla, bajo la dirección de Vasil Stefanov. Esta canción que se convirtió en sinónimo del lazo entre el pasado y el futuro.
Fotos: Agencia Estatal "Archivos", Museo Regional de Historia - Burgas, burgas.bg, Krasimir Kamenov, archivo
Versión al español: Hristina Táseva
Publicación: Borislav Todorov
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