En 2019, se cumplen 141 años del natalicio de Peyo Yávorov, uno de los más grandes poetas búlgaros, y también dramaturgo, figura pública y participante en las luchas por la liberación de las tierras búlgaras en Macedonia. Su obra ha sido traducida a 13 idiomas, incluidos el armenio y el kirguís. El poeta pasó una parte de su vida en Austria, Suiza y Francia, lo que ejerció una influencia significativa en su trabajo creativo. Su poesía y su prosa están influenciadas por su actividad revolucionaria, así como por sus propias ideas sociales y existenciales y su percepción del mundo. Una parte importante de su poesía lírica son los poemas dedicados a las dos mujeres de su vida: Mina Todorova y Lora Karavélova. La primera, que fue, asimismo, su primer amor, murió muy joven de tuberculosis, la segunda se convirtió en su esposa pero el amor de ella fue fatal para el vate: Lora se quitó la vida disparándose con una pistola ante sus ojos.
El talento poético innato de Yávorov se manifestó ya en la escuela. Sin embargo, se vio obligado a abandonarla ya que su padre consideraba que el quehacer de los hombres es trabajar, y los dos se convirtieron en telegrafistas de Correos en su ciudad natal de Chirpán, en el centro sur de Bulgaria. No obstante ello, la llama de la pasión por la poesía no se extinguió. Yávorov leía durante noches enteras hasta que la luz empezó a irritarle los ojos. La petición de tapiar una de las ventanas de su habitación extrañó a sus padres pero la cumplieron. Con el pasar de los años, el empeño de Yávorov en mantenerse lejos de la luz parecía aumentar cada vez más. Más tarde, cuando, en 1900, fue trasladado a Pomorie, en el sureste del país, donde los lugareños lo apodaron La Sombra, ya que evitaba cualquier cosa que podía dañarle la vista. El miedo de perderla resultó justificado porque al cabo de 14 años el poeta realmente quedó ciego. Después del suicidio de Lora, la vida perdió sentido para Yávorov y él decidió ponerle fin. El primer intento fue fallido pero el disparo en el hueso temporal lo dejó ciego para siempre. Destrozado por la muerte de Lora, así como por las calumnias y las acusaciones de que fue él el culpable de su óbito, Yávorov intentó de nuevo contra su vida. Esta vez el desenlace fue fatal.
El motivo de hacer este breve resumen de la vida tormentosa, llena de pérdidas y desilusiones del poeta, son las Jornadas de Enero dedicadas a Yávorov que inician en Chirpán el día de su natalicio, el 13 de enero. La tradición de esta fiesta literaria data de hace 51 años. Tódor Ivanov, curador de la Casa Museo del vate en Chirpán y presidente de la Fundación Yávorov, aporta detalles sobre el programa y, además, explica por qué el enfoque este año se pone en la comunidad armenia en Bulgaria:
Este año, una vez más encenderemos la llama simbólica de la poesía de Yávorov frente a su busto monumento, alzado en octubre de 1933 con el apoyo de los vecinos de nuestra ciudad y de los armenios de Plovdiv. En 2019 se cumplen 120 años desde que Yávorov publicó el poema “Armenios”. Lo escribió el 7 de diciembre de 1899 influenciado por sus reuniones con los armenios que le contaron el destino cruel de su pueblo. La propia tarde de la inauguración habrá un recital poético. La velada terminará con un concierto del Cuarteto Svetoglás. Al día siguiente, tendrá lugar la apertura de una exposición de pintores armenios de Plovdiv, seguida del estreno de un documental dedicado al genocidio armenio por parte de las autoridades otomanas. El 15 de enero presentaremos una nueva colección dedicada a Yávorov, en la que en 400 páginas están recopiladas conferencias sobre la vida, la obra y trayectoria del poeta, de varios investigadores de la mayoría de las universidades búlgaras, así como de la Academia de Ciencias de Bulgaria.
Una parte importante del programa de las Jornadas es el Premio Nacional de Poesía, que lleva el nombre de Yávorov. Fue establecido en 1968 y se otorga cada cinco años.
Por tradición, la Casa Museo del poeta en Chirpán que fue creada hace 65 años, acoge las Jornadas.
Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: javorovhouse.info y BGNES
