Este 19 de febrero conmemoramos una de las fechas más trágicas de la historia de Bulgaria. Se cumplen 141 años de la muerte de Vasil Levski, el héroe nacional búlgaro más amado. En este día Bulgaria rinde homenaje a su obra y a su hazaña.
Vasil Levski nació el 18 de julio de 1837 en Karlovo y encontró su muerte en la horca cerca de Sofía en 1873. Mucho heroísmo y gran sabiduría están concentrados en sus 36 años de vida, y no es ninguna casualidad el que le llamamos el Apóstol de la Libertad. Estudió para ser sacerdote y fue investido como hierodiácono, pero dedicó su vida a la revolución nacional búlgara y a la liberación de Bulgaria del dominio otomano.
Antes de Levski en los círculos revolucionarios estaba extendida la opinión de que una resurrección exitosa contra el Imperio Otomano podía ser provocada mediante la entrada al país de grupos armados desde afuera. El propio Levski participó en la Primera y la Segunda Legiones Búlgaras que eran formaciones militares organizadas por emigrantes búlgaros. También fue miembro del destacamento liderado por Panaiot Hitov. El fracaso de esas formaciones, sin embargo, le hizo optar por otro camino. Considerando que la labor libertadora debía ser organizada en las tierras búlgaras, Levski empezó a hacer recorridos por todo el territorio nacional y creó una amplia red de comités revolucionarios. La Organización Revolucionaria Interna creada por el Apóstol fue el fundamento de la revolución nacional búlgara, el Levantamiento de Abril de 1876 y la Liberación de Bulgaria en 1878. Además de tener una importancia nacional, esa organización fue también un logro para el movimiento revolucionario y democrático del siglo XIX.
Para todo búlgaro, independientemente de su posición social u orientación política, el Apóstol de la Libertad es una personalidad muy querida por su entrega, su integridad y la pureza de sus ideales. “Me he dedicado a la Patria, a servirle hasta la muerte y a trabajar por la voluntad del pueblo”, escribió el Apóstol. Levski luchaba por una “república sagrada y pura”, por la libertad personal, nacional y mundial, por la igualdad entre los pueblos, por los derechos políticos y cívicos de las etnias y las minorías, por la democracia.
“Levski es un tesoro nacional, que debemos esconder en un baúl y sacarlo de vez en cuando. Es la llama que arde hasta hoy en día. Esta llama debe ser alimentada con los esfuerzos de todos los búlgaros”, dice el gran escritor búlgaro, Antón Donchev refiriéndose a Levski. Donchev es uno de los promotores de la idea de erguir un monumento al Apóstol de la Libertad en Dimitrovgrad, hoy en día una ciudad en territorio de Serbia, de población predominantemente búlgara que antaño se llamaba Tsaribrod. El 18 de febrero el premier búlgaro, Plamen Oresharski, y el primer ministro serbio, Ivica Dacic, inauguraron un monumento en honor a Vasil Levski y rindieron homenaje a su memoria. La iniciativa por colocar el busto del Apóstol de la Libertad pertenece al alcalde de la ciudad, Neboisa Ivanov.
En 2007 mediante una encuesta nacional realizada por la Televisión Nacional de Bulgaria, Levski fue elegido el primero en la lista de los búlgaros más grandes de todos los tiempos. En cada escuela búlgara, en el país y en el extranjero, hay retratos suyos, y los monumentos que le han sido erguidos en el extranjero son 22: en países de Europa, América del Norte y América Latina, Asia.
Versión en español por Ruslana Valtcheva
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