El búlgaro ha soltado un fuerte suspiro de alivio porque ya estamos en primavera y parte de las preocupaciones en el día a día han quedado atrás. Hay en búlgaro una expresión que reza literalmente: “ya nos hemos agarrado de lo verde”. Significa que por fin ha llegado la primavera, que siempre recibimos con alivio y esperanza de algo mejor. Debido a las sucesivas crisis económicas mundiales y a la especificidad de la Transición búlgara a la democracia y a la economía de mercado, que viene durando ya 25 años, esta frase ha cobrado un sentido muy especial.
El verdor se ha apoderado de todo a nuestro alrededor, no obstante los caprichos del tiempo que en febrero nos obsequió sorprendentes temperaturas primaverales por no decir veraniegas, mientras que en lo que va de abril nos ha azotado con heladas y hasta nevadas, siendo lo normal y habitual lo contrario. Así y todo, la primavera ya ha llegado y con ella, un cierto alivio para el presupuesto familiar. Ya no hay facturas gordas para la calefacción y queda más dinero en el bolsillo para otros gastos.
Por unos cuantos meses haremos nos mostraremos menos sensibles a las advertencias de los expertos de que ya no hay manera de retener o disminuir el precio de la energía eléctrica y que en el próximo otoño ésta se encarecerá en 20%, sin que mientras tanto haya variado el ingreso medio del búlgaro por concepto de retribución laboral, con lo cual la tijera entre ricos y pobres se abrirá aún más.
Con un mal llamado optimismo, propio de los búlgaros, decimos que queda mucho tiempo hasta el otoño y que cuando éste llegue, ya veremos. Mientras, preferimos centrarnos en los planes para las vacaciones de mar y playa, y en el jardín y el huerto que casi todos tenemos en nuestra segunda vivienda, porque el verdor hace descansar la vista y el corazón.
Casi un millón de búlgaros, o sea, la mitad de los trabajadores en Bulgaria, cobran sueldos que van de los 200 a los 400 euros. Las estadísticas hacen ver lo siguiente: el año pasado el búlgaro medio tuvo una renta por concepto de salario e ingresos de otras fuentes equivalente a 2.600 euros, mientras que sus gastos fueron de 2.433 euros. Ante estos números sobra cualquier comentario…
Y qué decir de los pensionistas búlgaros que cobran pensiones mínimas que apenas cubren los bienes y servicios de primera necesidad del 90% de los jubilados. Para esta categoría de ciudadanos, el verdor de la acedera, la espinaca, las lechugas, los cebollines, etc., de su huerto se convierten en un factor importante del menú familiar y, por ende, del presupuesto. El prometido aumento de las pensiones en 3% a partir de julio no mejorará perceptiblemente la calidad de vida de este segmento de la población. Según las estadísticas, la pensión media cobrada en Bulgaria equivale a 150 euros.
También los cesantes han recibido la primavera con un suspiro de alivio. El empleo temporero en el turismo, la agricultura y la industria de procesamiento en Bulgaria o en otros países les permitirá tener ingresos por unos cuantos meses. Desde la Agencia de Empleo, sin embrago, no llegan noticias alentadoras. En los primeros meses del año comenzó la selección de cuadros para el turismo que, sin embargo, no ha causado una activación perceptible del mercado laboral. Siguen siendo casi 400 mil los cesantes registrados en las Oficinas de Empleo y la tasa de desempleo se mantiene al nivel de 12,2%. Si a estas cifras añadimos el número de parados no registrados y el de las personas que llevan largo tiempo en el paro, el cuadro se vuelve aún más alarmante.
¿Y qué decir de los precios en la temporada primaveral? Tenemos deflación por tercer mes consecutivo. Los precios bajan o mantienen su nivel a causa de la baja capacidad adquisitiva de la población. ¿Es este decrecimiento de los precios un proceso normal o controlado? Pronto lo sabremos.
A propósito, en virtud de un reglamento comunitario, entre los meses de abril y junio, el Instituto Nacional de Estadística realiza un estudio denominado “EncuestadeIngresos y Condiciones de Vidadelos Hogares 2014”, que echará luz sobre el estado y la dinámica de los ingresos de los búlgaros en concepto de salario y otras fuentes, la estratificación de la sociedad, la actividad económica de la población, el empleo y el paro.
Versión en español por Raina Petkova
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