Verónica Bótzova es propietaria de un estudio de decoupage, pintura, escultura y tallado en madera. Con su esposo, el pintor Ánguel Botzov, fundaron este rincón acogedor hace aproximadamente un año y decidieron transmitir su pasión por lo bello a los chavales del barrio. Desde entonces, todos los días el estudio se llena de niños de todas las edades, que acuden allí para relajarse y aprender. Durante años Verónica se había desempeñado en un prestigioso puesto en otra esfera, pero actualmente se ha entregado por completo al arte del decoupage.

El decoupage es un arte aplicado en el que de diferentes materiales como papel, madera, cuero, servilletas de papel, se recorta un elemento decorativo o una imagen que se pega o sujeta sobre la superficie que se va a decorar –madera, metal, tela, vidrio– usando diferentes técnicas. Se pueden ornamentar todo tipo de objetos de uso cotidiano: joyeros, cepillos para el cabello, platos, jarrones, botellas, candelabros, relojes y hasta muebles.

Para algunos, el decoupage es sólo un hobby pero para Verónica es mucho más. Ella se dedica a elaborar artículos maravillosos desde hace 5 años. 

Perdí a una persona muy cercana y necesitaba salir del estado en que me encontraba –cuenta Verónica– . Como colegiala me gustaba pintar pero eso no pasó de  ser una afición. Después de la muerte de mi abuela, el arte me hizo volver a la vida. El decoupage me ayuda a expresarme a mí misma. Mientras elaboro los objetos pienso en la persona a la que van destinados. Cuando no estoy de buen humor no dibujo; estoy convencida de que al crear una cosa, uno pone en ella el alma y las emociones se transmiten a la obra. El estudio de arte es un sueño nuestro que se hizo realidad. Animamos a los chicos a ser creativos, trabajar en equipo y no temer compartir sus ideas.A cada uno le dedicamos una  atención personal. Las tareas que les encargamos están acordes a la edad de los niños. La falsedad les es ajena a los críos, llevan inherente la verdad. Entre ellos me siento muy bien, me cargan de energía. Con ellos hay que ir con la verdad. Reconocer sus cualidades les incentiva. Estamos convencidos que los sueños se cumplen, a menos que  renunciemos a ellos. En el taller los chicos tienen la libertad de ser ellos mismos y de olvidar sus problemas.

Trabajar con niños no es fácil pero Verónica encuentra el camino hacia su corazón. Además de como monitora, ellos la consideran un amigo leal a quien pueden contar sus preocupaciones.

Nuestro lema es “Juntos podemos más” –prosigueVerónica– . Sólo en la ópera se solicitan solistas. Dediquese uno a lo que se dedique, si no es capaz de trabajar en equipo y adaptarse al entorno y al trabajo en equipo, está perdido. En nuestro estudio hay que expresarse, regalar una sonrisa.Nosotros mismos elaboramos los regalos para nuestros seres queridos. Los niños los obsequian a sus padres y a sus profesores, que se sienten muy alegres por el gran empeño que los  chavales  han puesto en esa labor. Es imposible darse cuenta de que los objetos están hechos por niños, son de un nivel muy alto. Fue bastante difícil fundar el estudio dada toda la burocracia y lo demás. Sin embargo, me alegro mucho cuando la gente entra y nos dice: “No tenemos niños pequeños pero los felicitamos por lo que hacen ustedes”. Esto nos inspira. No había hijos de gente que conocíamos que vinieran a nosotros, empezamos desde el cero absoluto. Pero el día en que abrimos el club llegaron niños y seguimos juntos hasta la fecha.

En el mundo digital en que vivimos es difícil apartar a los críos de los ordenadores. Lo que Verónica y su marido sugieren es en vez de prohíbir su uso, incorporar Internet como asistente. Los chicos del estudio usan la Red para buscar ideas y materiales interesantes para sus creaciones.

La onceañera Yvet Nikifórova, quien frecuenta regularmente el estudio, dice: El decoupage es una de mis ocupaciones predilectas. Nos sentimos muy a gusto, nos entretenemos. Mi parte favorita es cuando Verónica nos enseña nuevas técnicas.Aquí me relajo y olvido los problemas escolares; luego es más fácil estudiar y hacer frente a los exámenes. Sueño con hacer de los muebles viejos cosas nuevas y bellas. Quiero ser diseñadora. 

El club de arte enseña a los niños también a concentrarse y, al mismo tiempo, relajarse mentalmente y sentir satisfacción por los resultados obtenidos. Recientemente la familia Bótzov, los niños y sus padres recolectaron ropa y dinero para una  residencia en quese alojan niños en situación de desamparo familiar. La visitaron juntos y donaron a los niños un día de juegos, entretenimientos y regalos.

Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: Luisa Lázarova