La cosecha del trigo va tocando a su fin, pero por las condiciones climáticas este año la cosecha en Bulgaria resultará de un volumen inferior en 1.500.000 toneladas al que tuviera el año anterior. La pregunta lógica que surge es si se disparará el precio del pan.

Este año se espera un volumen de la cosecha de trigo de 4.500.000 toneladas frente a la de 6.000.000 de 2019, indica el balance del trigo recolectado hasta el momento, de más del 95%.

”Los bajos rendimientos de trigo despiertan preocupación e incidirán en los volúmenes exportables, ya que Bulgaria exporta tres cuartas parte de su cosecha −dice Mariana Kukúsheva, presidenta del Gremio Nacional de Panaderos y Pasteleros, entrevistada por la emisora regional de Radio Nacional de Bulgaria en Shumen− . Por lo que respecta al consumo interno, que necesita de un millón de toneladas de trigo para la panificación y la producción de pastas y pastelería, no creo que vayamos a sentirnos preocupados. Por tradición, el trigo de las mejores características para la panificación se queda en Bulgaria”.

Por la advertencia de la ONU de que se avecina un déficit de alimentos básicos para la humanidad, se nota un alza del precio en bolsa del trigo.

”No puedo avanzar un pronóstico sobre el precio del pan, ya que, primero, cada panadero maneja su propio coste del producto y, segundo, no podemos comentar cuál sería el precio de este producto de primera necesidad −agrega Mariana Kukúsheva− . Corresponde al mercado, por medio de la competencia, regular de la forma más correcta el equilibrio entre la demanda y la oferta. Aún es pronto para hablar de precios, puesto que todavía trabajamos con lo producido de la cosecha del año pasado; la nueva se comenzará a emplear en octubre. Hasta entonces, veremos qué ocurrirá con los precios de la electricidad y el crudo, ya que son éstos los que repercuten en el precio de coste del pan”.

Mariana Kukúsheva también resalta que el precio de una barra de pan incorpora de 18 a 20 céntimos del euro en concepto de trabajo humano. Y es que actualmente todos los gastos aumentados relacionados con los horarios de trabajo extraordinarios por la epidemia los han de sufragar los productores. No obstante ello, desde el comienzo de la crisis, los panaderos no han dejado a ninguna persona falta de pan, incluso de los lugares más recónditos del país. ¿Hay, a pesar de ello, algunas empresas que hayan quebrado?

“Cerraron durante un tiempo las pequeñas panaderías y las pastelerías del tipo familiar en las capitales de provincia −señala Mariana Kukúsheva− . Ahora todas ellas ya han vuelto a abrir. Por lo demás, declararse en insolvencia es un procedimiento engorroso tramitado a través del respectivo juzgado. De momento, no tenemos información sobre afiliados en quiebra de nuestro gremio, que es representativo del 93% de quienes se desempeñan en la panificación y la pastelería”.

A diferencia de los panaderos honestos, los de la economía sumergida no se han visto perjudicados por la crisis.

”Hasta he llegado a creer que la economía sumergida funciona con mucha comodidad, puesto que el control está sumamente rebajado −comenta Mariana Kukúsheva− . Ciframos enormes expectativas en la nueva Ley de Alimentos para luchar contra la economía sumergida”.

Las expectativas del Gremio Nacional de Panaderos y Pasteleros de Bulgaria son que un buen número de las facturaciones en el sector sumergido sean “clareados”. ”Para lograrlo hace falta un extraordinario control por parte del Estado”, opina su presidenta. Los representantes del gremio esperan, además, que la regulación normativa para la aplicación de la Ley para los Alimentos sea sometida a un debate público en los términos más breves posibles.

Versión en español por Mijail Mijailov