En la aldea de Patalénitsa, al pie del macizo Ródope, se encuentra uno de los monumentos culturales medievales búlgaros más importantes: la iglesia de San Demetrio. Se supone que el templo permaneció enterrado bajo tierra durante medio milenio para no ser profanado por los invasores otomanos. Es por esta razón que parte de sus murales con marcas del Renacimiento Nacional búlgaro (ss. XVIII a XIX) se han conservado relativamente bien hasta hoy en día.
Cuenta la leyenda que la iglesia fue hallada por casualidad en el siglo XIX por un pastor quien, después de una fuerte tormenta, divisó la punta de una cruz de metal que asomaba de la colina. Así, se confirmó la leyenda local que bajo el pequeño túmulo estaba enterrado un templo de Dios. En 1870, la iglesia fue consagrada a san Demetrio y desde entonces en ella se rinde homenaje al megalomártir de Salónica.
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