“Gloria a Dios en las alturas, en la tierra paz entre los hombres en quienes Él se complace”
Durante más de 2.000 años las palabras con las cuales los ángeles cantan a Dios se pueden oír en los templos ortodoxos glorificando la Navidad como una fiesta de la esperanza y la fe en el poder de la caridad y la bondad. Este año más que nunca todos los creyentes rezan de todo corazón por paz en la tierra y entendimiento entre los hombres.
“Mediante el ayuno la iglesia nos ha preparado para aceptar a Jesucristo que nace, señala el padre Liubomir Stoyanov, del templo Exaltación de la Santa Cruz. Lo importante es no olvidar que el ayuno es una hazaña espiritual y por esto la iglesia nos recomienda celebrar la Natividad modestamente, tal como nació Jesucristo en el pesebre. Por esto celebramos la Nochebuena con platos sin grasa, rezando y esperando la magna fiesta”.
En las horas antes de la fiesta, la iglesia recuerda las palabras del profeta Isaías que hace hincapié en la salvación: “y llamará su nombre Emanuel que significa Dios está con nosotros”. Él gobernará con justicia, traerá paz y será la luz para todos los pueblos. Precisamente estas palabras insuflan esperanza a los creyentes en la mañana de la Navidad.
“Debemos estar preparados para ir al templo, buscar al sacerdote y confesarse para poder tomar la comunión, recomienda el padre Liubomir. Esta es la manera de recibir la fiesta de la manera más apropiada. En cuanto al lado material de la fiesta, la celebración en casa con familiares y huéspedes, cada uno debe valorar qué es lo más importante. Esta fiesta hace hincapié en lo espiritual”.
La verdadera celebración está en el alma donde nace el amor. El verdadero amor por el prójimo que no se expresa solo en cuidar y amar a los familiares, sino perdonar a las personas que nos odian y ofenden, tenderles la mano y mostrarles el verdadero sentido del amor.
Cuando nos reunimos con nuestros seres queridos debemos pensar también en las personas que en este momento están sufriendo y no pueden gozar de todo lo que tenemos nosotros, debemos agradecer a Dios la posibilidad de poder estar todos juntos alrededor de la mesa festiva:
“Independientemente de lo que pongamos en la mesa, es importante que sea bendecido por la cabeza de la familia y que todos oren antes de la cena. Nosotros, siendo cristianos ortodoxos bautizados como tales, hemos nacido en Jesucristo. La fiesta es el motivo de confiar más en Dios. ¡Que el Natalicio de nuestro Señor Jesucristo sea lo que nos motive a nacer de nuevo y optar por la vida digna, como un verdaderos seguidores de Cristo”.
Versión al español de Hristina Táseva
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