Una de las más importantes fiestas cristianas de otoño es el Día del Arcángel Miguel, dedicado a San Miguel Arcángel y a los Arcángeles Gabriel, Rafael, Uriel, Salatiel, Yehudiel y Barachiel.
En la tradición ortodoxa, su día se celebra el 8 de noviembre, como fiesta de San Miguel Arcángel, caudillo de los ejércitos celestiales y de las jerarquías angelicales incorpóreas que derrotaron a las fuerzas de la oscuridad.
Según la iglesia, los ángeles son los mensajeros de Dios y los hacedores de su voluntad. En la iconografía ortodoxa, son representadas con vestimenta blanca como la nieve y con alas, símbolo de la rapidez con la que cumplen los mandamientos de Dios, y con que participan en la salvación de las almas humanas. Al bautizarse, cada cristiano recibe un ángel de la guarda que le guía y le protege del mal.
En los templos, San Miguel Arcángel es representado con una lanza en la mano, pisando al diablo, y ocupa un lugar central junto con los iconos de Jesucristo, la Madre de Dios y San Juan Bautista. Debido al lugar clave que ocupa en la Jerarquía Celestial, se le considera patrón de quienes luchan por una causa justa y protector de todos los cristianos ante las fuerzas oscuras.
En los alrededores de Sofía y las localidades cercanas, hay casi una docena de monasterios consagrados a San Miguel Arcángel. Entre ellos se encuentra el Monasterio de Chekotino, que se encuentra a unos 15 kilómetros de la localidad de Pravets, cerca el río Malak Ískar. Fue fundado a finales del siglo XII y se relaciona históricamente con la fortaleza de Bozhenishki Urvich, que se encuentra a 4 km de la zona. Ha sido destruido y reconstruido varias veces a lo largo de los años y hoy sigue activo, atrayendo multitud de visitantes con su hermosa arquitectura y extraordinarios murales.
Más detalles interesantes sobre el monasterio del padre Mikhail en la entrevista de BNR con Svetlana Dimitrova, en el siguiente enlace: El Monasterio de Chekotino
Versión en español: Alena Markova
Fotos: BGNES, archivo
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