El 20 de abril todos los cristianos festejan la Resurrección de Cristo. Sobre e telón de fondo de nuestro mundo bélico y dividido, los católicos junto con los ortodoxos, los armenios y los protestantes enviarán un mensaje de esperanza, compartiendo la alegría común de la victoria sobre lo terrenal y la muerte.
“Espero que los católicos no solo en Bulgaria, sino por el mundo entero se estén preparando para la Pascua de Resurrección”, dice el padre Paolo Cortesi, sacerdote de la parroquia de Bélene. Estamos llamados a vivir la oración de una manera más intensa, a privarnos de los platos con carne y de otras cosas para poder hacer obras buenas, ayudar a las personas y mediante el sacramento de la reconciliación, el perdón y la confesión alejarnos de los pecados y de los caminos erróneos y encaminarnos al bien.
En la noche del Sábado Santo oficiaremos juntos la misa pascual, celebraremos la llegada del nuevo fuego, encenderemos la vela pascual, escucharemos el Verbo de Dios y finalmente anunciaremos la buena nueva de que Jesucristo ha resucitado. Debemos alegrarnos juntos. En Pascua de Resurrección habrá dos litúrgicas solemnes aquí. Espero que este año haya más personas por los días feriados y la gracia que se nos da: católicos, ortodoxos, armenios, protestante todos juntos celebramos la Pascua. Ojalá en el futuro sea así, para dar una señal de que estamos unidos en nuestra fe de que Jesucristo ha resucitado”.
La comunidad católica en Bulgaria es de unas 60 mil personas, pero a pesar de que no es muy numerosa tiene una larga historia, dijo el padre Paolo Cortesi para Radio Bulgaria. En el siglo XVI desde Bosnia llegaron monjes franciscanos a la región de las ciudades de Belene y Rakovski quienes desarrollaron actividad misionera.
Unos siglos después durante el dominio otomano descendientes de los cristianos ortodoxos del sur de Bulgaria y de las proximidades de Edirne también adoptaron el catolicismo, pero conservaron sus ritos cristianos y por esto fueron denominados uniatos o católicos del rito oriental. Obispos católicos participaron en el desarrollo cultural de nuestro país.
“Siempre recuerdo una época difícil, el periodo del régimen comunista en Bulgaria, que se convirtió en un reto difícil para la iglesia católica, en un verdadero sufrimiento y en Gólgota, declara el padre Paolo Cortesi. De todos los 50 sacerdotes unos 10 fueron matados. Muchos sacerdotes fueron enviados a campos de concentración y a cárceles. Por esto damos las gracias a Dios por los cambios que sucedieron en los años 90 y la nueva libertad. En los últimos 40 años aquí vinieron muchos extranjeros y podemos decir que para los católicos en Bulgaria ha llegado una nueva primavera”.
Con ella llegó una noticia inspiradora, después de las semanas de preocupación en las cuales los católicos dirigían sus oraciones por la salud de papa Francisco, él abandono el hospital y apareció ante los creyentes en la plaza de san Pedro.
“Estamos felices de que se está recuperando, dice Paolo Cortesi. Los católicos búlgaros todavía están alegres por la visita del papa en 2019 ya que aparte de ser nuestro pastor, él es una persona excepcional, tiene qué decirnos a todos igual que sus antecesores que eran unas personalidades excepcionales”.
Entre estos clérigos excepcionales con una misión que va más allá de la labor religiosa, está el papa búlgaro Juan XXIII. Él llegó a Bulgaria en 1925 con el nombre de pila Angelo Giuseppe Roncalli y durante su estancia de 10 años como visitante apostólico dejó una impronta en la vida religiosa y entró en los corazones humanos, ayudando a los necesitados e interviniendo como diplomático a favor de Bulgaria después de la Primera Guerra Mundial.
“Él trabajó a favor del restablecimiento de las estructuras de la Iglesia Católica y más especialmente para los católicos del rito oriental, a favor de la fundación del instituto Opera Italiana Pro Oriente junto con el monseñor Francesco Galloni y creó un nuevo espíritu en la comunidad, dice Paolo Cortesi. Además, trabajó a favor de algunas misiones misericordiosas, por ejemplo, prestó a ayuda a miles de refugiados búlgaros ayudándoles a encontrar asilo, alimentos y trabajo. Después del terremoto en Chirpán ayudó a los damnificaos y a quienes sobrevivieron.
Trabajó como diplomático para el restablecimiento de las relaciones entre el Principado de Bulgaria y el Vaticano, y en 1932 creó la delegación apostólica en Bulgaria. Trabajó con el zar Boris y fomentó los lazos entre las iglesias ortodoxa, armenia y protestante. Siembre abierto al diálogo y sonriente le gustaba mantener buenas relaciones humanas con todos. Diez años después se trasladó a Estambul donde continuó su labor a favor de la unidad entre los cristianos”.
Precisamente en Bulgaria el papa Juan XXIII dio un paso hacia la aproximación de católicos y ortodoxos.
“Lamentablemente las iglesias cristianas están divididas desde hace siglos, pero hoy en cada una de ellas hay número de personas cada vez mayor que trabajan para que lleguemos a una plena unidad, destaca Paolo Cortesi. En 2025 tenemos esta posibilidad ya que se cumplen 1 700 del Concilio en Nicea, cuando todos eran unidos. Ojalá el papa Francisco y el patriarca ecuménico trabajen con muchos llamamientos y un día podamos celebrar juntos la Pascua de Resurrección. En nuestro mundo hay mucha división y falta de entendimiento, pero al menos la fe puede guiarnos hacia la conciliación y la unidad”.
Un paso hacia este llamamiento será la conferencia episcopal dedicada a la obra de Angelo Roncalli. La conferencia científica en la Academia de Ciencias de Bulgaria se organiza por la iglesia católica junto con la nunciatura apostólica y se titula Sumisión y paz, el monseñor Roncalli y su misión apostólica en Bulgaria (1925-1934).
Durante la conferencia el padre Paolo Cortesi presentará su último trabajo Visitas la tierra y la riegas que contiene unas 600 páginas de cartas del monseñor Roncalli al Vaticano en las cuales habla de Bulgaria, no solo de los católicos. Pero antes de esto, en vísperas de la Pascua de Resurrección dirigirá su mensaje a todas las personas con buena voluntad por el mundo.
“Mi mensaje con motivo de la Pascua de Resurrección está dirigido a todas las personas, dice el sacerdote católico. Mi voto es que la Resurrección de Cristo traiga nueva esperanza a todos y más especialmente a las personas que sufren: apretemos los dientes y no nos rindamos, tengamos la esperanza cristiana de que Dios vencerá a la muerte, que la luz triunfará sobre la oscuridad y que el amor se impondrá al odio. La victoria es de Dios y del bien, el vencedor es Cristo quien resucitó para despertar la esperanza en nuestros corazones y en nuestras vidas. ¡No nos rindamos!”.
Fotos: Comunidad católica en Bélene, Eparquía católica santos hermanos Cirilo y Metodio en Svishtov, BTA
Traducido y publicado por Hristina Táseva
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