La conocemos como la gimnasta que rompió los moldes, llegando por primera vez a cuatro Juegos Olímpicos, y demostrando al mundo que este no es un deporte sólo de niñas, sino también de mujeres. Hoy es actriz y escritora. O, podríamos decir, creadora. Es Almudena Cid.
El pasado 16 de mayo, Almudena llegaba a Bulgaria para presentar su libro infantil “Monstruos de minuto y medio”, ahora traducido y publicado en búlgaro. El mismo día, en el corazón de los Jardines de Boris, en Sofía, comenzaba el torneo internacional Slavia Cup, el evento más importante de gimnasia rítmica del país, donde también tendría lugar la presentación del libro. La Editorial Mechenósets y el Instituto Cervantes de Sofía organizaron un encuentro que, sin duda, será recordado para siempre por cientos de niñas - grandes y pequeñas - que se llevaron a casa su edición firmada.
“Monstruos de minuto y medio” es un libro ilustrado, lleno de metáforas visuales que cautivan al instante y abrazan al lector con un fuerte mensaje: cómo superar nuestros miedos y convertirlos en nuestra mayor ventaja. Al conocer a su autora comprendemos que este es mucho más que un libro infantil. Es una llave maestra que abre caminos.
Almudena nos recibe con esa vitalidad que irradia, cercana y risueña. Entre el ajetreo de la competición, moños apretados que entran y salen, maillots de colores, y la música que llega desde la sala, se siente una atmósfera casi festiva, casi trascendente. Quizás lo sea:
Tú relación con Bulgaria pasa inevitablemente por tu relación con la gran entrenadora búlgara Emilia Bóneva. ¿Fue de ahí de donde surgió la idea de publicar este libro en búlgaro?
“La traducción al búlgaro llegó gracias a Mónica Bóneva, la hija de Emilia. Cuando vio este libro y otros que he escrito, me dijo: “Almu, ¡estos libros tienen que traducirse al búlgaro!”. Empezó a contactar con editoriales, e hizo la traducción. Para mí ha sido mágico porque Emilia fue quien me dio la oportunidad de ser gimnasta internacional y ahora su hija me da la oportunidad de ser autora internacional, con este pequeñito libro. Nunca esperé que iba a estar en Bulgaria presentando un libro gracias a la hija de Emilia.”
Una etapa se cierra, y otra despega. Y hoy podemos leer “Monstruos en minuto y medio” en español, en euskera y en búlgaro.
Empezaste publicando los libros de la serie juvenil de Olimpia y más tarde te dirigiste ya a un público más adulto con tu novela autobiográfica. ¿Qué fue lo que te motivó a escribir esta vez un libro infantil?
“Cuando era pequeña no tenía libros que hablaran de lo que a mí me pasaba. Siempre había un vacío por no encontrar la lectura adecuada. Así que pensé, ¿y si escribo mi vida deportiva en forma de libros infantiles, ficcionando algunas cosas, para que las niñas desde pequeñas puedan leer algo que hable de ellas? Este fue el motivo.”
Aunque este es un libro claramente enfocado a un público infantil, los adultos también podríamos aprender de esta historia aparentemente pequeña. “Los libros ilustrados suelen contener mensajes muy profundos, pero leído desde un tono infantil, el mensaje ‘entra’ mejor”, comparte Almudena. El libro habla de los miedos de una pequeña gimnasta pero, más allá de lo literal, nos habla de las inseguridades que todos tenemos - los miedos que nos impiden avanzar - de cómo comprenderlos en lugar de combatirlos, para hacer las paces con ellos. Y con nosotros mismos.
¿Por qué es tan importante hablar del miedo?
“Para mí era muy importante hablar del miedo porque cuando tuve que atravesar mi primera crisis en la gimnasia, por el año 2000, tuve que tomar las riendas de mi carrera y continuar pese a escuchar que era mayor o que estaba gorda, porque me había cambiado el cuerpo. La gimnasta siempre ha tenido este peso: el rechazo propio y del exterior, cada vez que le cambia el cuerpo. Cuando tuve que empezar a sobrevivir en ese mundo tan hostil para mí, mientras llegaban nuevas generaciones jóvenes, el miedo se me representó de una manera muy distinta que hasta entonces. Creía que no era suficiente, que todas eran mejores que yo… Pero en esa época me di cuenta que, si hacía un buen uso del miedo, me hacía descubrir aspectos de mí que yo misma desconocía.Al intentar defenderme de mi propio miedo, él activaba mi creatividad. Ahí entendí que la creatividad era mi punto fuerte.”
Para sobrevivir en el mundo de la gimnasia, Almudena descubrió que la solución era ser diferente. Sus miedos fueron el motor de su originalidad y de su éxito. Empezó a llevarles la contraria a las inseguridades y a crear elementos nuevos en sus actuaciones.
“Si yo no hubiera transitado esa sensación de miedo a la aceptación, miedo a fallar, miedo a no gustar… no hubiera empezado a activar esos mecanismos de supervivencia. Sobreviví gracias a haber pasado por este monstruo - por este monstruo que sale de tus entrañas - que lo puse delante y le dije, ‘¡No! Ahora vas a entrar dentro y juntos vamos a hacer algo con esto’.”
Ahí está la clave para reconciliarnos con nuestro monstruo de minuto y medio: plantarle cara y aprender a “engañarle”, con la mirada puesta en reverenciar lo que amamos. En la solución y no en el problema.
Entonces, ¿la metáfora del monstruo tambiénse puede aplicar a la vida no-deportiva?
“En la edad adulta los miedos se replican, pero ya entiendes que es un patrón, y lo sabes calmar”, explica Almudena. Cuando se retiró de la gimnasia rítmica, con 28 años, tuvo que superar una complicada etapa donde reaparecieron todos aquellos miedos de su niñez. Al despedirse de su identidad de gimnasta volvieron las dudas, sólo que esta vez en la “vida real”. ¿Quién era si no era gimnasta? ¿Qué valor tenía sin sus aparatos? ¿Valía para ser actriz? ¿Y para ser escritora? Entonces recordó las lecciones aprendidas sobre el tapiz. Las soluciones resultaron ser las mismas: retar a la incertidumbre, apostar por la creatividad, atreverse. Y en su caso: escribir.
¿Y cómo llegó la escritura? ¿Cómo supiste que escribir era el nuevo camino por el que querías seguir?
“Fue cuando llegué al equipo nacional y me separé de la familia. Entonces empecé a escribir un diario. Empezamos en la gimnasia siendo todavía niñas - yo me fui con 14 años a Madrid - y no me sentía integrada. Empecé a hacer lo mismo que hacían las mayores para sentirme aprobada por ellas pero pronto me di cuenta que así estaba fallando a mi propia identidad. Tuve también una crisis muy fuerte con las amistades y me acuerdo que todo esto lo escribía en el diario, y en las cartas que enviaba a mi familia.”
Entre los primeros retos del deporte de élite y los de la propia adolescencia, Almudena descubrió que la escritura era sanadora a la hora de atravesar contrariedades. Y años más tarde sería incluso salvadora:
“En la escritura encontraba el desahogo. Como que el problema se diluía al escribirlo. Por eso, cuando me retiré, mi acción fue la misma: decidí escribir para calmar todo aquello que había vivido. Era un modo de catarsis, una necesidad vital.”
Hoy las palabras de Almudena Cid son sanadoras no sólo para ella, sino también para sus lectores. “Monstruos de minuto y medio” nace de la experiencia deportiva de su autora y, ahora, estando además en el Slavia Cup, no podemos sino despedirnos con una pregunta sobre la importancia del deporte para los niños:
¿Por qué es tan importante el deporte?¿Qué te ha enseñado el deporte, que te haya servido después de ayuda en la vida?
“El deporte te aporta valores como el compañerismo, los límites, la superación, el ser respetuoso con el otro. Estos son valores intrínsecos del mundo deportivo y por eso es tan saludable y tan sano que los niños empiecen a practicar algún deporte en edades tempranas. A mí, la gimnasia me ha dado la capacidad de adaptación que necesitamos para la vida. Porque, aunque creamos que nuestra vida es lineal, siempre habrá cambios, aunque no los queramos. ”
Y los 21 años de experiencia deportiva de Almudena Cid, lejos de ser lineales, le han demostrando que el deporte puede ser decisivo para la salud de la mente, sobre todo cuando nos desafía la vida:
“Monstruos de minuto y medio” termina con una gran ilustración final, un colorido póster, donde la pequeña gimnasta aparece, completa, como la perfecta fusión de ella y de su monstruo. Ya no teme.
Pocas personas nos encontramos en la vida con tal fluidez de expresión, tal claridad en el habla y en las reflexiones como Almudena Cid. Porque las palabras, si no nacen de una verdad, no llegan - y aquí llegaban directas a lo más profundo. Palabras vividas, comprendidas y conscientes.
30 minutos con Almudena Cid son suficientes para contagiarse de su afán y su fuerza creadora. 20 páginas suyas es lo que se tarda en perder el miedo.
Autor: Alena Markova
Publicado por: Alena Markova
Fotos: Editorial Mechenósets, Facebook/ SKHG “Slavia” , Facebook/Dimitra Lefterova, Facebook/Almudena Cid, Alena Markova
Ilustraciones de Julia Ortega
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Las metáforas de la gimnasia rítmica, según Almudena Cid:
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