Para julio de 2021 los países miembros de la Unión Europea deberán haber puesto en la práctica la prohibición del uso de una parte de los productos desechables de plástico. La sustitución de los mismos creará molestias para los fabricantes, comerciantes y proveedores de bienes de consumo. Usuarios encuestados han expresado, sin embargo, una posición más bien positiva ante tal medida.
“Hace ya mucho que debería haber empezado a regir la prohibición para el uso del plástico desechable –estima el politólogo Yávor Kírilov– . No es algo indispensable que la gente utilice removedores de plástico para sus tazas de café, contaminando el medio ambiente y las aguas. A mí la prohibición no me afectará ya que empleo bolsas y recipiente de uso múltiple”.
En cambio, sí quedarán duramente afectados por la nueva normativa los suministros de alimentos y accesorios. Este tipo de servicio seguirá siendo solicitado, hasta con unos precios más altos, en medio de la persistente pandemia de Covid–19.
“Los proveedores de alimentos y otros productos tendrán que cambiar sus formas de empaquetado. Seguro que habrá que pagar un poco más, pero es aceptable si con ello podremos contribuir a salvar el medio ambiente”, dice la periodista Tsvetana Balabánova.
Una serie de ecologistas, entre ellos Danita Zarichanska, de la Asociación Por la Tierra, coinciden tajantes que en países como Bulgaria llevará más tiempo la solución del problema de la contaminación.
“No hemos notado una actividad especial por parte de las instituciones. No se han iniciado aún discusiones con las organizaciones cívicas. Que sepamos, existen tales debates con una parte del empresariado, mientras en otros negocios todavía falta información suficiente. Es posible que en un momento determinado todos esos empresarios afronten un hecho consumado y se les planteen condiciones que no puedan cumplir. Además, cada una de las partes debe tomar una decisión sobre algunos productos que no se verán afectados por la normativa pero que puedan ser prohibidos por la empresa misma”.
La Asociación Por la Tierra insiste en la implantación de un sistema de depósito para la devolución de las botellas de plástico usadas. Pese a las recomendaciones hechas a favor de esta implantación, Bulgaria aún no está preparada para dar tal paso. Lázar Radkov y su compañía procuran desde 2017 mover a la gente a mostrarse más responsable con el entorno, arrojando los desechos del hogar en forma selectiva.
“En la solución de este problema no hay que subestimar el papel que al Estado corresponde en ello –dice Lázar– . Cuando se prohíbe algo se tiene que aportar una alternativa que, de ser posible, no resulte más costosa. Se pueden promover políticas verdes efectivas de forma conveniente cuando el país avanza palpablemente”.
Se desconoce por el momento cómo se llevará a buen término la transición al empleo de productos alternativos. Esto no ha de ser un impedimento para la aportación personal de un individuo que aspire a tener una vida más acorde con la ecología. Ivaylo Ilíev, estudiante universitario búlgaro de 19 años y residente en Gran Bretaña, está diseñando una aplicación móvil que permite conocer más datos sobre la composición de los residuos de los hogares.
“Esta aplicación hace más fácil la recogida selectiva de los residuos –dice Ivaylo– . La idea es crear una base de datos sobre todos los contenedores de recogida selectiva en Sofía para que una persona, empleando la navegación, pueda localizar el contenedor más cercano al lugar donde reside”.
De este modo se podrá avisar sobre la necesidad de nuevos contenedores a las empresas que se dedican a la recogida selectiva de residuos.
Los daños infligidos por la contaminación de los océanos por productos de plástico cuestan hasta 13.000 millones de dólares al año. El impacto que la contaminación produce en la flora y fauna marinas es objeto de una exploración también en Bulgaria, enmarcada en proyectos del Instituto de Oceanología de la Academia de Ciencias.
A raíz de exploraciones piloto de los años 2017 a 2018 hemos comprobado que el flujo de turistas es el mayor causante de la contaminación. Bajo la influencia del agua y del Sol, las partículas de plástico en el entorno marino se desintegran hasta llegar a tener unas dimensiones microscópicas y se convierten en una parte de la dieta de gran número de peces y organismos cuyo hábitat es el fondo del mar”.
Las decisiones de cómo cambiar nuestro modo de vida e incrementar conscientemente nuestra contribución a la protección ambiental forman parte de la elección que haga cada cual, Cualquier esfuerzo desplegado en este sentido surtirá su efecto.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: archivo, Pixabay, archivo personal, BGNES
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